Las visitas al veterinario suelen causar estrés tanto al gato como a su dueño.
Esta experiencia suele ser percibida como traumática, así que muchos propietarios pasan por alto los controles rutinarios en la clínica. Sin embargo, las revisiones del felino son imprescindibles. Aprender a gestionar la situación es muy importante. Utilizar el trasportín adecuado que se adapte a las características y al tamaño del animal, crear un ambiente de comodidad y protección del mismo, hacer del trasportín algo familiar y acondicionarlo, son algunos de los elementos que hay que tener en cuenta y explicar correctamente al propietario para estar preparado y generar en el gato estímulos positivos.
Haz clic aquí para saber más cosas de este tema.