Todos los días las mascotas están expuestas a la radiación ultravioleta proveniente del sol, por lo que hay que adoptar ciertas precauciones ya que una exposición prolongada puede provocar dolencias cutáneas.
El efecto nocivo de la radiación ultravioleta (UV) depende de factores como la intensidad de la radiación o el tiempo de exposición, pero también de factores propios de cada animal tales como la densidad y el color del manto, siendo las capas blancas las más sensibles.
Dermatosis solar y carcinoma de células escamosas
La dermatosis solar es una de las afecciones más comunes que está provocada por una larga exposición al sol. Suelen verse afectadas las zonas de poco pelaje del animal como son el hocico, el abdomen o las axilas. Los efectos son visibles en la piel, en la que se observa enrojecimiento, descamación, úlceras o lesiones por rascado. Esta afección puede derivar en un carcinoma de células escamosas (CCE), siendo más habitual en gatos que en perros de edad avanzada. Están más predispuestos los perros de raza Dálmata, Bull Terrier o Boxer, así como los gatos de pelo blanco.
El CCE es una neoplasia maligna de las células epiteliales altamente invasiva. Aunque puede aparecer en diversas regiones corporales, la presentación facial (oral, auricular o nasal) es la más común (figura 1).
Lupus eritematoso discoide
El lupus es una enfermedad autoinmunitaria, lo que quiere decir que es el propio sistema inmunitario del animal el que ataca a sus tejidos. El lupus eritematoso discoide (LED) es una forma de lupus en el que se ve afectada la región facial, especialmente el puente nasal. Se trata de una patología con predisposición genética y así, las razas más afectadas por el LED son el Collie, el Pastor Alemán y el Husky; siendo la exposición al sol un factor que agrava los síntomas.
En los casos más graves se puede observar la piel eritematosa, con descamación, úlceras y costras. Las áreas afectadas con mayor frecuencia son la nariz, los labios, las orejas, la región periocular y, a veces, la zona genital (figura 2). Esta afección se trata con inmunosupresores. El uso tópico puede ser suficiente y reduce de forma significativa las posibilidades de que aparezcan efectos secundarios.
Melanoma cutáneo
Los melanomas cutáneos suelen aparecer como masas bien definidas, con apariencia redondeada, y suelen estar pigmentados, si bien existen melanomas amelánicos. En general, aquellos melanomas que se presentan en la región peribucal, en las extremidades distalmente o en la región periocular tienen una mayor probabilidad de ser malignos y con mal pronóstico. Es frecuente la aparición de metástasis en los pulmones y el hígado. En este caso el tratamiento de elección es quirúrgico siempre que sea posible, pudiendo combinarse con otros tratamientos médicos.
Reacción a fármacos
Existen algunos fármacos que pueden inducir reacciones cutáneas cuando un animal que esté sometido a un tratamiento se expone a la radiación solar. Algunos de estos fármacos son:
- AINE.
- Antibióticos: gentamicina, azitromicina o ciprofoxacino.
- Tratamientos hormonales: estradiol.
- Antihipertensivos: enalapril o amlodipino.
- Antiulcerosos: omeprazol o ranitidina.
- Ansiolíticos: diazepam o alprazolam.
- Inmunosupresores: tacrolimus.
- Antidepresivos: fluoxetina, sertralina o paroxetina.
Aunque en la clínica de pequeños animales tiene poca relevancia, en équidos y animales de producción el consumo de algunas plantas puede provocar fotosensibilización como, por ejemplo, por efecto de la hipericina de la hierba de San Juan, alfalfa y algunos tréboles o por la fagopirina de algunos cereales. Además, algunas patologías hepáticas pueden impedir la eliminación de ciertos metabolitos e inducir fenómenos de fotosensibilización.
Medidas de protección frente a la radiación UV
En animales con factores de riesgo (razas con predisposición, capa de color blanco o de zonas con un índice de radiación UV elevado) hay una serie de pautas que pueden ayudar a reducir la incidencia de estas enfermedades:
- Restringir el acceso del animal al exterior en horas y días de mayor intensidad lumínica, siendo las horas de mayor peligrosidad de 10 a 16, por lo que se recomienda permitir el acceso al exterior a primera y última hora del día.
- Empleo de fotoprotectores (factor de protección 40) por vía tópica cada 6-8 horas si el animal tiene acceso al sol. Deben ser resistentes al agua y de protección total sobre las áreas menos pigmentadas.
- Empleo de ropa transpirable para la protección de grandes zonas de alopecia o si el animal tiene una zona afeitada por un procedimiento quirúrgico.
Extraído de Inés López, Enfermedades causadas por la radiación solar. Ateuves 81, págs. 16 y 17.