Insuficiencia renal en perros y gatos

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La insuficiencia renal es una de las afecciones más frecuentes de nuestras mascotas, con un alto índice de mortalidad. Antes de explicar con detalle la enfermedad, haremos una breve descripción de lo que es el riñón y de cómo funciona.

Los mecanismos básicos del funcionamiento renal que tienen como finalidad la producción de orina son: filtración, reabsorción y secreción renal. Los riñones tienen un papel decisivo en la regulación del metabolismo del organismo, encargándose de:

  • Eliminar sustancias extrañas al organismo así como sustancias fisiológicas tóxicas (productos finales derivados del metabolismo).
  • Mantener los niveles adecuados del balance hídrico, equilibrio ácido/base, electrolitos y minerales del organismo.

Cualquier proceso que altere el riñón, alterará estas funciones.

Etiología de la insuficiencia renal

Insuficiencia renal aguda

  • Agresiones tóxicas:
    • Algunos antibióticos: aminoglucosídicos, cefalosporinas
    • Veneno de serpiente
    • Metales pesados: plomo, mercurio
    • Intoxicación por etilenglicol
    • Herbicidas y pesticidas
  • Isquemia renal:
    • Deshidratación
    • Septicemia
    • Hipovolemia
    • Hemorragia
    • Quemadura
  • Obstrucción en vías urinarias aguda (FLUDT)

 

Insuficiencia renal crónica

  • Trastornos congénitos:
    • Hipoplasia/displasia renal, riñones poliquísticos
  • Trastornos inmunomediados:
    • Lupus eritematoso sistémico, glomerulonefritis
    • Amiloidosis
    • Pielonefritis
    • Leptospirosis
    • Nefrotóxicos
    • Cálculos renales

Insuficiencia renal

Como hemos citado, los tres mecanismos básicos de la excreción renal son: filtración, reabsorción y secreción. La incapacidad del riñón para realizar sus funciones normales tiene como consecuencia el desarrollo de una insuficiencia renal, una patología que afecta a gran número de mascotas, fundamentalmente en edades avanzadas. El desarrollo de insuficiencia renal en animales jóvenes suele estar asociado a malformaciones congénitas.

Filtración renal
La filtración de la sangre se realiza en el glomérulo, donde se forma el filtrado glomerular. Este pasa posteriormente al túbulo contorneado proximal donde comienza el proceso de absorción y excreción de ciertas sustancias. Entre ellas se absorbe glucosa, cloruro sódico, agua, aminoácidos, proteínas y se transfiere creatinina y sustancias extrañas al organismo. Éste es el proceso de secreción.
Lo que se ha filtrado en este segmento pasa al asa de Henle donde se se produce el intercambio de sodio y de agua. Posteriormente el filtrado pasa al túbulo contorneado distal donde la orina en formación se vuelve más diluida y donde se añaden iones de hidrógeno y amoniaco a este filtrado glomerular, proceso importantísimo para el equilibrio ácido/básico de la sangre. Finalmente este filtrado pasa al túbulo colector donde se realiza el ajuste final de agua de la orina que es de gran importancia para el equilibrio hídrico de la sangre.

La insuficiencia renal es un síndrome clínico que aparece al dejar de funcionar el 75% de las nefronas de ambos riñones y los mecanismos compensadores de los riñones enfermos no ser capaces de mantener las funciones anteriormente descritas. Cuando la enfermedad renal va progresando, las nefronas “supervivientes” se adaptan, aumentando las funciones de filtración, reabsorción y secreción, dando lugar a una hipertrofia compensatoria, para intentar, de esta manera, que el riñón siga funcionando. Cuando el riñón mantiene el 50% de sus nefronas intactas no habrá manifestaciones clínicas, cuando no funciona entre un 50-75% habrá dificultad para la concentración de la orina y cuando más del 75% no es funcional aparecerán los síntomas más graves con azoemia moderada o grave, anomalías electrolíticas, acidosis metabólica y otros síntomas; la reserva compensatoria se habrá agotado y estaremos frente a una insuficiencia renal.

Atendiendo a su forma de presentación y desarrollo la clasificamos en dos tipos (tabla 1):

1Insuficiencia renal aguda: fundamentalmente debida a una brusca reducción de la funcionalidad renal. La “lesión” en el parénquima renal es potencialmente reversible.

2Insuficiencia renal crónica: debido a las pérdidas prolongadas y generalmente progresivas del tejido renal funcional, el desarrollo de este proceso es de semanas, meses o años; el daño suele ser irreversible. El resultado es el síndrome urémico crónico, caracterizado, entre otros síntomas, por un mal estado corporal, decaimiento general y otros procesos que describiremos más adelante.

Diagnóstico

Basándonos en la historia, los signos clínicos y el examen físico podemos hacer una primera aproximación al diagnóstico. Para confirmarlo, es esencial la realización de una analítica sanguínea (tabla 2) en la que veremos los perfiles bioquímicos del suero (fundamentalmente nos fijaremos en los niveles de creatinina sérica, urea y fósforo), un análisis sistemático valorando el hematocrito, medición del volumen de orina, si esto fuera posible, y el análisis de ésta.

Como pruebas complementarias realizaríamos una ecografía y, en caso de que fuera necesario para un diagnóstico definitivo, se podría realizar una biopsia renal.

Insuficiencia renalPronóstico

El pronóstico de la insuficiencia renal aguda dependerá de la causa que la ha originado, pero es posible que el daño en el parénquima renal sea reversible. El pronóstico de la insuficiencia renal crónica siempre es malo, ya que el daño renal en este caso es irreversible.

Tratamiento

En lo referente al tratamiento vamos a hacer también la diferenciación entre insuficiencia renal aguda y crónica.

Insuficiencia renal aguda

Intentaremos encontrar la causa que la ha producido y como medida inicial retiraremos todos los fármacos nefrotóxicos. Con el tratamiento lo que pretendemos es corregir los trastornos hemodinámicos y electrolíticos, disminuir los valores de creatinina y urea sérica, aumentar la diuresis y favorecer de esta manera la regeneración de la nefrona.

  • Si se sospecha de la ingestión de tóxicos reciente, intentaremos inducir al vómito, realizar un lavado gástrico o administrar algún producto que neutralice el tóxico o disminuya su absorción (carbón activo).
  • Fluidoterapia intravenosa: valorando el equilibrio ácido/básico para evitar alteraciones electrolíticas. Se administrará bicarbonato sódico en el caso de hiperpotasemia.
  • En animales oligúricos y anúricos intentar aumentar el flujo de orina; se puede utilizar manitol o furosemida.
  • Administración de protectores de la mucosa gastrointestinal para disminuir la gastritis urémica. La hiperacidez gástrica y el vómito los controlaremos con bloqueantes de receptores H2 (ranitidina) y antieméticos (metoclopramida).
  • Dieta: suministrar una dieta baja en proteínas y de alto valor biológico. Existen dietas comerciales especialmente formuladas para este proceso.

En pacientes que no responden al tratamiento anteriormente expuesto y en los que la uremia persiste y no podemos controlar la acidosis metabólica estaría indicada la diálisis peritoneal.

Insuficiencia renal crónica

El tratamiento irá encaminado a intentar mantener la parte del riñón que todavía es funcional, impidiendo, en la medida de lo posible, que siga degenerando.

  • Mantener la hidratación ya que los animales se deshidratan con facilidad por los cuadros de gastroenteritis.
  • Controlar la hipertensión arterial.
  • Disminuir la vasoconstricción arterial y venosa renal y disminuir la retención de sodio y agua por los riñones con IECA (benazepril).
  • Reducir la proteína de la dieta (existen preparados comerciales para este fin).
  • En el caso de vómitos y gastroenteritis administrar bloqueantes H2 (ranitidina), antieméticos.
  • Si se produce anemia se pueden administrar esteroides anabólicos (aunque el tratamiento es prolongado y no siempre efectivo) o bien eritropoyetina (EPO).

Finalmente debemos apuntar que estos animales con uremia son más sensibles a infecciones y que no debemos exponerlos a situaciones de estrés.

El seguimiento de estos pacientes se debe realizar con frecuencia, efectuando un chequeo cada 2-3 meses, valorando los niveles de creatinina y urea sérica, hematocrito, fósforo, proteínas totales, análisis de orina y control de peso del animal.

Extraído de Mª Belén Gutiérrez Arandilla (ecografías: Alberto Ortega Amoraga), Insuficiencia renal en perros y gatos, Ateuves 13, págs. 32-36.

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