En los perros la dieta desempeña un papel fundamental en el control de la diabetes y sus objetivos
principales son alcanzar el peso corporal ideal del animal y reducir el efecto de hiperglucemia
posprandial.
En perros obesos: dieta rica en fibra
Las dietas formuladas específicamente para perros diabéticos son ricas en fibra y pueden favorecer el control de la glucemia. Los perros con obesidad pueden presentan un grado variable de resistencia a la insulina, lo que puede dificultar el manejo de la enfermedad. Por ello, en perros obesos se debe llevar un
control estricto del aporte de calorías y utilizar dietas formuladas para la pérdida de peso. Por lo general, las dietas para la pérdida de peso tienen un contenido en fibra mayor que el que presentan las dietas formuladas para diabéticos.
En perros con baja condición corporal: dieta gastrointestinal
La diabetes no tratada generalmente conlleva una pérdida de peso, por lo que algunos perros diabéticos en el momento del diagnóstico pueden presentar una condición corporal baja y, por tanto, requieren una ganancia de peso para la normalización del peso corporal. En estos perros que están por debajo de su peso ideal, se aconseja administrar una dieta de alta digestibilidad (por ejemplo una dieta gastrointestinal), o dietas de mantenimiento, que son dietas con un mayor contenido calórico que el que presentan las dietas ricas en fibra.
Horarios de alimentación
En los perros diabéticos también es importante tener en cuenta los horarios de alimentación. La ingestión calórica que necesitan diariamente se debe repartir en dos tomas, alimentando al animal cada 12 horas y haciendo coincidir las tomas con la administración de la insulina. Es preferible que primero coma y justo tras la comida se le administre la insulina. De este modo, tenemos la opción de variar la cantidad de insulina en el caso de que el perro no quiera comer o coma muy poco; en este caso, administraremos solo la mitad de su dosis habitual de insulina.
Inconvenientes
Las dietas para perros diabéticos pueden tener algunos inconvenientes. Uno de ellos es que, al
ser un alimento rico en fibra, pueden tener una menor palatabilidad y algunos perros diabéticos
pueden rechazar su consumo. Otro inconveniente también relacionado con el alto contenido en fibra
es que se puede observar un incremento de la frecuencia de defecación, del volumen de heces, y
pueden presentar heces blandas o flatulencia. En aquellos perros diabéticos que presenten problemas
de aceptación del sabor, otra dieta alternativa para ellos puede ser una dieta gastrointestinal. Otra opción para perros diabéticos que no aceptan una dieta comercial para esta enfermedad es el uso de dietas caseras formuladas por especialistas en nutrición y personalizadas para las características de cada paciente.
Finalmente, y al igual que en los gatos diabéticos, en aquellos perros con diabetes y enfermedades concurrentes, la dieta deberá ser indicada por el veterinario y estar adaptada a la enfermedad concurrente. Por ejemplo, en perros con diabetes y pancreatitis, la dieta gastrointestinal baja
en grasa sería la dieta de elección (ver figura).