Desde que entrara en vigor la Ley de Bienestar animal todo son preguntas. Preguntas a las que, en ocasiones, es muy difícil responder.
En primer lugar, no hay un reglamento definido aún, a pesar de que la ley ya ha entrado en vigor. ¿Y qué conlleva esto? Que no podemos dar respuesta a esas demandas que nos están llegando a los centros veterinarios.
Ejemplo nº 1: señora mayor con perro
Sirva como ejemplo doña Pura, una clienta de muchos años, que tiene un perrito pequeño y guapo: Don Pelayo, un mestizo de diez años al que quiere con locura y es su única compañía. Pues bien, doña Pura sale a pasear con Don Pelayo todos los días y, claro, hace sus pequeñas compras de paso. Doña Pura suele dejar atado a su perrito en la puerta de la farmacia, que tiene un lugar habilitado para ello, y entra a comprar sus medicinas. Esta señora ha oído en la radio que a otra persona mayor la querían multar por dejar al perro atado en la puerta de la farmacia y viene a preguntarnos si a partir de ahora puede entrar con el perrito a la farmacia.
Respuesta: no lo sabemos. ¿Dejarán todas las farmacias que los propietarios puedan acceder con sus animales al interior? ¿Se habilitará un servicio de cuidado mientras estas personas, para las que sus animales son de la familia, puedan realizar sus compras? Habría que tener en cuenta que muchos propietarios tienen dificultades para caminar y aprovechan para realizar ambas tareas. Repito, respuesta: no lo sabemos, aunque mientras tanto los agentes de policía están “informando” de que esto no se puede llevar a cabo.
Ejemplo número dos: una tortufa
Teresa, una niña de siete años, tiene como mascota a una tortuga desde hace dos años. Teresa la cuida, la protege, la lleva a revisiones de salud cuando cree que tiene un problema. Teresa ha acudido a la clínica llorando porque su mamá le dice que las tortugas van a estar prohibidas como mascotas y que tendrán que deshacerse de ella. Pregunta de Teresa: ¿Tengo que entregar a mi tortuga en un albergue de tortugas? Respuesta: no lo sabemos.
Y para el personal ACV está siendo muy difícil lidiar con todo esto, y lo que nos viene, porque las siguientes preguntas tienen que ver con los seguros de responsabilidad. Tema que desconocemos y sin regulación y una propensión a hacer “ofertas de seguros” para mascotas, que en el centro ya hemos recibido, sin ningún criterio y con precios, en algunos casos, no muy ajustados.
¿Conseguiremos el objetivo primordial que es el bienestar de los animales o llegaremos al punto de ver más abandonos aún por penalizar a las personas que lo llevan haciendo bien muchos años? Respuesta: no lo sabemos.
Artículo extraído de Ateuves 107. Autora: Beatriz Navarrete, miembro de ANAVET
