El estrés, aunque el término más correcto es distrés, puede prevenirse y tratarse, y una de las formas más modernamente utilizadas es hacerlo a través de dietas y nutracéuticos.

El estrés es un término ampliamente utilizado, tanto en el entorno médico como en el veterinario, no obstante no siempre se hace de manera correcta. Para entenderlo bien debemos definir los términos estrés y distrés.

El estrés es un mecanismo fisiológico que permite al organismo adaptarse a un cambio o a un estímulo estresor, es decir, mantener la homeostasis. El estrés, por tanto, es un mecanismo adaptativo y no debería tener una connotación negativa, como sí la tiene el distrés, que es el mecanismo resultante de la situación mantenida o repetida de estrés en la cual el organismo ha perdido la capacidad de enfrentar la situación y adaptarse. El distrés sí tiene consecuencias negativas para el individuo, tanto en el plano físico como en el psicológico, y afecta por tanto al bienestar del animal.

La salud y el bienestar de un animal deben considerarse desde los planos físico, mental y social y por tanto, el estrés puede influir en todos ellos.

La respuesta al estrés consiste en los cambios fisiológicos, conductuales y psicológicos que se producen de cara a un desafío al estado de bienes­tar de un individuo.

Esta respuesta no es general, contrariamente a lo que se pensaba, sino que depende de la naturaleza del estímulo (estresor), de su intensidad, del temperamento y la experiencia del individuo y de su capacidad para predecir y evitar el estímulo.

Los principales sistemas orgánicos afectados por una respuesta de estrés crónico son el sis­tema inmunitario, el gastrointestinal, la piel, el genitourinario y el reproductivo. Además, pueden coexistir o producirse otros problemas conductuales como conductas compulsivas, trastornos relacionados con la separación, miedos y fobias, agresividad intra o interespecífica.

Los mecanismos del estrés consisten en la activación del eje hipotálamo-hipófisis-adrenales, aumento de glucocorticoides en el torrente circulatorio y liberación de catecolaminas y activación del componente simpático. En la conducta esos cambios se reflejan en la comunicación agonística de lucha o de huida o en la inhibición del comportamiento. El control se efectúa sobre todo a nivel hipotalámico, con la liberación de CRH (factor liberador de corticotropina). Otras sustancias intervienen también desencadenando la conducta, por ejemplo la vasopresina, que induce al marcaje en estas situaciones.

Los estímulos recibidos como estresores pueden afectar al estado emocional activándose el sistema límbico, que envía información al hipotálamo, principal centro regulador del sistema endocrino y del SN autónomo, que se comunican con el sistema inmunitario. Por tanto, los estresores pueden afectar a la salud del individuo aumentando la susceptibilidad a las infecciones.

Por otro lado, el estrés es la causa principal de muchos problemas de comportamiento entre los que se encuentran la agresividad, la ansiedad, la hiperactividad, las conductas compulsivas, las fobias y la eliminación inadecuada.

El conocimiento profundo del lenguaje canino y felino nos permite tanto a propietarios como a veterinarios y otros profesionales poder intervenir a tiempo en situaciones o contextos cuyo resultado negativo es evitable, además de interrumpir el aprendizaje del animal de respuestas agresivas para que no se vean reproducidas e incrementadas en su gravedad.

Papel de la alimentación en el tratamiento del estrés

Se sabe que un aumento del estrés tiene influencia en la alimentación de perros y gatos y que precisamente, una de las medidas para tratar el estrés puede ser la alimentación: bien en cuanto a la composición de la dieta (componentes principales y suplementos alimenticios añadidos), en lo que respecta a la frecuencia de presentación de la ración (ad libitum, varias veces al día, una vez al día) o bien en la forma de presentar esa ración (en un cuenco, en dis­positivos interactivos, en forma de juegos de búsqueda, etc.).

Un aumento de la CRH puede producir anorexia por estrés, disminuyendo la ingestión voluntaria de comida, y por otro lado, los glucocorticoides endógenos liberados podrían aumentar el apetito produciendo un aumento de la ingestión (polifagia).

El SNC también desempeña un papel muy importante en la conducta de alimentación mediante su regulación a través del hipotálamo, la amígdala, la corteza cerebral y el tronco del encéfalo; y mediante neurotransmisores como la norepinefrina, la serotonina y el neuropéptido Y.

Sabemos por numerosos estudios que tanto la dieta como el estado emocional del individuo tienen relación con la conducta alimentaria. Así, encontramos referencias sobre la influencia de determinados neurotransmisores y nutracéuticos sobre la alimentación, así como la de determinados estados emocionales, sobre todo el estrés y la ansiedad sobre el consumo de alimentos.

Principales suplementos que pueden regular el estrés en la dieta

Los mecanismos de la ingestión de alimentos y de control interno, su digestión, metabolismo y liberación de diversas sustancias químicas y neuroquímicas son muy complicados. Por tanto, es difícil controlar al 100 % qué partes del proceso y qué componentes de la dieta y de liberación interna tienen mayor o menor influencia sobre la conducta. Sin embargo, existen diversos estudios al respecto de la relación entre diversos neurotransmisores y nutracéuticos sobre el estrés y la ansiedad en perros y gatos. Los dos que encontramos presentes en las dietas de prescripción para el estrés son el L-triptófano y la alfa-casozepina.

¿Qué diferencia hay entre nutracéutico y complemento alimenticio?

Los nutracéuticos son productos de origen natural con propiedades biológicas activas, beneficiosas para la salud y con capacidad preventiva y/o terapéutica definida.
Como nutracéutico también se conocen a los componentes de los alimentos que aportan un beneficio añadido para la salud, y son capaces de proporcionar beneficios en la prevención y el tratamiento de enfermedades.
Los complementos o suplementos alimenticios son productos utilizados para complementar la dieta y llevan o contienen ingredientes beneficiosos para la salud como vitaminas, minerales, especies vegetales o botánicas, aminoácidos, extractos y concentrados, metabolitos etc., que se usan para aumentar el consumo diario de esas sustancias.
Pueden ser de origen natural o químico sintéticos y pueden incluir sustancias medicamentosas aprobadas legalmente para tal fin.
Muchos complementos alimenticios pueden ser considerados nutracéuticos, en tanto que las sustancias que aporten sean de origen natural y cumplan los requisitos para ser considerados nutracéuticos. Es decir, los suplementos alimenticios pueden ser nutracéuticos o no, por tanto la alfa-casozepina y el triptófano son a la vez suplementos y nutracéuticos.

La administración de estos productos debe ser prescrita y controlada por un veterinario.

L-triptófano

El L-triptófano es un aminoácido precursor de un neurotransmisor, la serotonina. Un aumento de los niveles de este aminoácido en la dieta va a favorecer la síntesis y utilización de serotonina.

La serotonina es uno de los principales neurotransmisores invvolucrados en el control de conductas como la agresividad y la ansiedad.

Esto conlleva estados emocionales más estables en el animal, tanto en perros como en gatos.

El L-triptófano se encuentra presente como suplemento añadido en varias dietas comerciales y nutracéuticos. La biodisponibilidad del L-triptófano depende de la existencia de otros aminoácidos con los que tenga que competir para su transporte sanguíneo, por ello algunos estudios hablan de disminuir el aporte proteico de la dieta para favorecer su utilización.

Hay que tener mucho cuidado si se está administrando al animal un tratamiento a base de fármacos serotoninérgicos (aumentan la serotonina), ya que podría producirse un síndrome muy grave.

Según los estudios existentes se sugiere que:

• Existen correlaciones entre manejo de la dieta y ejercicio físico y concentración de serotonina plasmática en el perro.
• Los constituyentes de la dieta son menos potentes que los fármacos para modificar el comportamiento.
• El triptófano en la dieta, unido a otros constituyentes, como la alfa-casozepina, ayudan a mejorar la capacidad del individuo para enfrentar el estrés y reducir la ansiedad y la agresividad.

Los estudios, por tanto, dejan claro un efecto variado, no demasiado evidente usando solo L-triptófano y sí en combinación con otros nutracéuticos o con ejercicio y modificación de conducta, como es el caso de la CIF (cistitis idiopática felina).

Alfa-casozepina

Procede de la hidrólisis de la caseína, principal proteína de la leche. Posee una actividad similar a la de las benzodiacepinas, es decir, potencia el GABA, principal neurotransmisor inhibitorio del SNC. Se le atribuye por tanto un efecto ansiolítico, sin tener los efectos adversos que tienen las benzodiacepinas.

Su posible aplicación se extrajo al observar el efecto calmante de la leche materna en cachorros después de haberla ingerido. En los estudios existentes se compara su acción con fármacos como las benzodiacepinas y la selegilina. Se usa en algunas dietas en conjunto con L-triptófano.

Algunos ejemplos de aplicación en el comportamiento son miedos, estrés, adaptación a situaciones nuevas, agresividad, ansiedad y CIF.

Todos estos suplementos alimenticios pueden ser válidos en su aplicación como parte del tratamiento de alteraciones del comportamiento de nivel leve. Casos moderados o graves requerirán del uso de otros productos con más efectividad.

L-teanina

Otro suplemento últimamente utilizado y avalado por estudios es la L-teanina, y aunque no se utiliza en dietas, sino en productos nutracéuticos, os expongo su origen y efectos: es un análogo por su estructura del glutamato, que es el principal neurotransmisor excitatorio del SNC. De forma natural se encuentra en los tés negro, blanco y verde. Se le atribuyen efectos neuroprotectores: bloquea los receptores del glutamato y disminuye sus efectos excitatorios.

Los estudios también sugieren que ayuda a estabilizar las concentraciones de otros neurotransmisores cerebrales, como serotonina, dopamina y GABA. Asimismo estimula la producción de ondas alfa cerebrales, creando un estado de relajación y disminuyendo el estado de alerta.

Se utilizarían para reducir la ansiedad, los miedos, los viajes y el marcaje con orina.

Influencia del estado emocional en la conducta alimentaria

El estado emocional de un individuo en un momento o frente a un estímulo concreto viene determinado por un complejo e intrincado sistema de estructuras cerebrales y neurotransmisores, entre los que participan el sistema límbico (la amígdala, hipocampo, hipófisis e hipotálamo), la dopamina y la serotonina.

El estado emocional influirá no solo en el aumento o disminución de la conducta de ali­mentación, sino en las preferencias del individuo por unos u otros alimentos. Por ejemplo, en situaciones de estrés y emocionalmente negativas se han visto incrementos en la selección de alimentos con mayores niveles de azúcares o grasas. Esto no tenemos más que observarlo en nosotros mismos.

Si queremos que un animal, perro o gato, ingiera su dieta de manera normal y estable, necesitaremos que su estado emocional sea equilibrado.

De otra manera podremos observar aumentos y disminuciones en su peso corporal (obesidad, anorexia, falta de adelgazamiento en dietas de control de peso), así como rechazo en la inges­tión de determinados alimentos y variación en las preferencias individuales.

Extraído de: Rosana Álvarez Bueno, Alimentos para reducir el estrés en perros y gatos, Ateuves 64, págs. 10-14.