Hay que educar a los niños para no acercarse a los perros que muestran temor

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Es importante educar tanto a los padres como a los hijos para que reconozcan cuándo un perro tiene miedo y evitar así las mordeduras.

Un estudio ha puesto de manifiesto que los niños no son muy hábiles a la hora de reconocer el miedo en los perros y que, incluso cuando lo hacen, tienen la misma probabilidad de acercarse a este que a un perro feliz.

Si se quiere evitar el riesgo de que los perros muerdan a los niños es necesario que ayudemos a los padres y a los niños a interpretar correctamente las señales de temor.

Método

El estudio utilizó imágenes y vídeos de perros que muestran señales de comportamiento en tres categorías: asustado/agresivo; defensivo/agresivo y feliz/juguetón. Se les mostró a niños de 4 a 5 y de 6 a 7 años a quienes se les hizo preguntas para evaluar si habían identificado correctamente el estado emocional del perro, lo seguros que estaban de su interpretación y qué probabilidades tendrían de acercarse al perro.

Una vez calificadas las emociones de los perros también calificaron en una escala de cinco puntos preguntas sobre cómo actuarían hacia el perro, incluyendo “¿Le darías palmaditas a este perro?”, “¿Te acurrucarías al lado de este perro?” y “¿Te sentarías al lado de este perro?”.

Los niños eran relativamente buenos para reconocer a los perros enfadados, pero menos capaces de reconocer a los asustados: solo el 56 % de los niños de 4 a 5 años y el 76 % de los niños de 6 a 7 años reconocieron con precisión a los perros asustados.

El conocimiento no significa seguridad

Sin embargo, la capacidad de reconocer a un perro asustado no significaba que un niño se comporte de manera segura al evitar a ese perro. Era poco probable que los niños se acercaran a un perro enfadado, pero el 81 % de los niños respondieron que se acercarían a perros que reconocieron como asustados.

La intuición de los niños sobre cómo comportarse con un perro enfadado parece buena, entonces, ¿por qué existe esa diferencia con los que tienen miedo? Los autores afirman que es posible que los niños piensen que está bien acercarse a un perro asustado, ya que cuando ellos mismos se sienten asustados, el contacto físico puede ser tranquilizador. No reconocen que los sentimientos y las reacciones del perro en esta situación pueden ser diferentes a los suyos.

Así pues los niños no son expertos en reconocer perros asustados, e incluso cuando son capaces de reconocerlos, no saben cómo interactuar con esos perros.

Prevención práctica

Esto tiene implicaciones para los padres, los etólogos y el diseño de programas de prevención de mordeduras de perro. El mejor consejo práctico es preparar al perro para la llegada del niño antes de que nazca y educar a los niños con imágenes que puedan comprender tan pronto como nazcan.

Los adultos también deben ser conscientes tanto de las señales de sus perros como del riesgo de que un niño se acerque a un perro temeroso y deben estar supervisando todo el rato la relación entre el niño y el perro.

Los resultados de este estudio sugieren que los programas deberían enseñar explícitamente a los niños cómo reconocer el comportamiento de su mascota y que un perro temeroso lo que quiere es quedarse solo, en lugar del abrazo que ellos mismos encontrarían reconfortante.

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