Plan de rehabilitación del paciente con osteoartrosis

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El éxito de un plan de rehabilitación del paciente con osteoartrosis (OA) depende de la realización de un examen y una valoración del paciente completos, un correcto diagnóstico y la adaptación del plan al tipo de paciente y a la dinámica de su enfermedad.

La osteoartrosis es una enfermedad degenerativa articular crónica, progresiva e irreversible, que produce dolor, cojeras y pérdida de función en las articulaciones. La respuesta inflamatoria varía individualmente y presenta fases agudas en las que el paciente exhibe los síntomas de dolor y cojera y fases silentes en las que el paciente no presenta ningún síntoma clínico.

Para el diagnóstico de la osteoartrosis (OA), además de la anamnesis, un completo examen físico y una exploración ortopédica, utilizaremos pruebas complementarias como radiografías, análisis de líquido sinovial, ecografías, RMN, TAC, etc. La radiografía suele ser la herramienta de diagnóstico más habitual en la clínica veterinaria. Entre los signos radiográficos que pueden encontrarse en una articulación con OA (en mayor o menor grado) tenemos: degeneración del cartílago articular, formación de osteofitos, remodelación ósea, cambios periarticulares y efusión sinovial. Hemos de tener en cuenta que los signos radiográficos no siempre se corresponden con los síntomas que presenta el paciente, así, pacientes con un grado de dolor muy alto y cojera evidente pueden presentar signos leves de OA en la radiografía, mientras que pacientes que no presentan síntomas de dolor o cojeras pueden mostrar signos graves de OA en la radiografía. Es importante, por esta razón, tratar al paciente y no los signos encontrados en la radiografía.

¿Cuándo aparecen los problemas?
El propietario suele detectar que a su mascota:
• le cuesta levantarse,
• presenta mayor cojera en frío,
• tiene dificultad para subir y/o bajar escaleras y/o rampas,
• camina con una marcha más lenta y envarada,
• ha disminuido la actividad física (juega menos, duerme más).

Plan de rehabilitación del paciente con osteoartrosis

En general, los objetivos del plan de rehabilitación a largo plazo son:

  • Control del dolor.
  • Mejoría y mantenimiento del rango de movimiento articular.
  • Ralentizar el progreso de la patología.
  • Tratar los cambios compensatorios provocados por la enfermedad en el sistema musculoesquelético.
  • Lograr la máxima funcionalidad y la vuelta a la actividad diaria del paciente.
  • Mejorar su calidad de vida.

Para tratar con éxito la enfermedad debemos hacer un plan integral y no sólo centrarnos en el tratamiento médico o en la fisioterapia. Así, en el enfoque del tratamiento deberían tenerse en cuenta los aspectos que vamos a tratar a continuación.

1Control del dolor

En general, el proceso de degeneración articular causa pérdida de movilidad, aunque en gran parte ésta se debe a la presencia de dolor. El paciente entra en un círculo vicioso: le duele y no se mueve, no se mueve y continúa la degeneración articular, degenera y le duele aún más. Nosotros debemos intentar parar ese ciclo. Así pues, podemos combinar terapias farmacológicas (antiinflamatorios no tiroideos -AINE-, opiáceos, homeopatía) con medidas físicas que minimicen el dolor (estimulación nerviosa transcutánea – TENS-, aplicación de frío y calor superficial, ultrasonidos terapéuticos, masaje, etc.), de forma que la dosis del fármaco utilizado sea la mínima efectiva.

2Control del peso

Es importante mantener el peso bajo control (CCO- mojzagrebinfo).

La obesidad suele ser un problema añadido en el paciente con OA. Existen estudios que demuestran que un 25% de reducción en la ingesta diaria de alimento incrementa la esperanza de vida y retrasa la aparición de los signos clínicos de enfermedades crónicas. Una reducción de peso de entre 11 y 18% en el animal obeso, mejora de forma significativa la cojera asociada a la OA de cadera. Actualmente, las dietas comerciales diseñadas para animales geriátricos contienen, no sólo la cantidad adecuada de calorías, sino la formulación correcta de otros nutrientes esenciales para la salud del paciente. Además, contamos con dietas para reducción de peso y para el tratamiento de enfermedades específicas. Es importante concienciar al propietario de la importancia terapéutica de la pérdida de peso.

3Entorno y enfermedades concomitantes

Es necesario realizar un chequeo del paciente, principalmente si es de edad avanzada, al comenzar un plan de rehabilitación. La presencia de enfermedades concomitantes, que además tengan un efecto neuromuscular, puede agravar los signos clínicos y en general el cuadro de OA (hipotiroidismo, diabetes mellitus, etc.). Algunas de las pruebas básicas recomendables serían: análisis de sangre, análisis de orina, ECG, radiografía y/o ecografía. Una vez determinado si existe o no enfermedad concurrente, pondremos el tratamiento adecuado para asegurarnos así el éxito de nuestro plan.

El paciente con OA tiene un impedimento físico, una discapacidad, por lo tanto debemos eliminar todas aquellas barreras que le impidan llevar a cabo su actividad diaria así como mejorar sus condiciones ambientales para facilitarle dicha actividad. Podemos ofrecerle una cama cómoda (acolchada) para que no tenga que dormir directamente en el suelo; colocarle cerca de una fuente de calor o en un lugar con una temperatura adecuada para disminuir la rigidez que se produce por la inmovilidad (esto también puede lograrse manteniendo al paciente caliente con un abrigo o similar); usar rampas para subir y bajar del coche o intentar minimizar la subida y bajada de escaleras. En algunos casos es incluso necesaria la utilización de cabestrillos para ayudarle a caminar.

Tratamiento de la enfermedad osteoarticular

Existen actualmente en el mercado una serie de suplementos o nutracéuticos que implementan de forma bastante aceptable, aunque en algunos casos controvertida, la recuperación funcional del paciente con OA. Entre ellos encontramos la glucosamina y el condroitín sulfato, el ácido hialurónico y/o los ácidos grasos esenciales omega-3, en concreto el EPA, con propiedades antiinflamatorias y de ralentización del progreso de la OA.

En algunos pacientes, es necesario un tratamiento quirúrgico para mejorar la funcionalidad de las articulaciones (displasia de cadera o de codo, por ejemplo) y conseguir así la mejoría del cuadro clínico y el éxito de nuestro plan de rehabilitación.

Fisioterapia

El uso combinado de terapias físicas (E-estimulación, ultrasonidos, frío y calor superficial) y cinesiterapia (ejercicios terapéuticos de bajo impacto) contribuyen a la mejoría del paciente con OA. Los objetivos básicos son la disminución de la sensación de dolor, la pérdida de peso, el aumento del rango de movilidad articular, el incremento de la masa muscular y la estimulación del metabolismo del cartílago articular. Nunca debe forzarse el ejercicio, debemos adecuarlo a la situación del paciente. Si tras una sesión de cinesiterapia el paciente presenta un dolor de mayor intensidad que al inicio, debe disminuirse la actividad en un 50%. Al comienzo del plan de rehabilitación es mejor realizar tres sesiones de 20 minutos que una sesión de una hora. En un plan de rehabilitación sin incidencias, la actividad ha de intensificarse a razón de un 20 % semanal. Es recomendable no administrar AINE tras incrementar el ejercicio porque podría enmascarar una posible intolerancia a dicho aumento.

Terapias físicas para tratar la OA

Las terapias físicas utilizadas en los pacientes que sufren OA tienen tres objetivos diferentes: disminución del dolor, recuperación de la movilidad y tratamiento de los cambios musculoesqueléticos compensatorios.

Terapias físicas utilizadas en el paciente con OA

Podríamos dividir las terapias físicas empleadas en el paciente con OA en función de su objetivo:

  1. Disminución de la sensación de dolor: TENS, onda corta, ultrasonidos, frío/calor superficial, etc.
  2. Recuperación de la movilidad tisular y articular: cinesiterapia, masaje y estiramientos.
  3. Tratamiento de los cambios compensatorios musculoesqueléticos: masaje, estiramientos, ultrasonidos, onda corta, etc.

Extraído de: Gemma del Pueyo Montesinos. Rehabilitación y fisioterapia del paciente con osteoartrosis. Ateuves nº 13, pp. 40-46.

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  1. Pingback: ¿Qué es la displasia de cadera?

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