Procedimiento para la limpieza de oído

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La limpieza variará según las indicaciones clínicas de cada paciente. Para una exploración otoscópica adecuada es necesaria una correcta limpieza del conducto auditivo externo.

Tipo de limpieza en función del estado del oído

Con frecuencia, los oídos con otitis están tumefactos, ulcerados o producen un dolor intenso en
el paciente, lo que dificulta un examen adecuado. En estos casos es necesario instaurar un tratamiento para reducir la inflamación y después de 7-10 días llevar a cabo una otoscopia más efectiva.

En pacientes en los que haya que valorar la presencia de masas, membranas timpánicas por posibles otitis medias o tengan mucho dolor, suele ser necesaria la sedación. En estos casos necesitamos propulsar el líquido de limpieza; con una simple pera de goma o incluso una jeringa de 10-15 ml (ver figura) se puede realizar adecuadamente.

Irrigación del canal auricular con catéter
conectado a una jeringa.

Los oídos que presentan material ceruminoso y detritos adheridos se limpian mejor aplicando varias gotas de algún agente ceruminolítico entre 15 y 24 horas antes de proceder a la irrigación del conducto auditivo. Con este procedimiento se ablandan los detritos y pueden eliminarse con mayor facilidad. La irrigación del conducto auditivo se alterna con suaves masajes con el objeto de distribuir el agente limpiador y aflojar los detritos. El líquido residual se aspira, bien con una pera de goma o mediante un catéter pequeño conectado a una jeringa. Muchos animales que presentan otitis externas leves suelen tolerar la irrigación sin anestesia.

A los que presenten dolor ótico o sean difíciles de sujetar se les pueden aplicar unas gotas de anestésico tópico; por ejemplo una solución de lidocaína al 2-4 %. Este tratamiento se puede realizar varias veces con intervalos de cinco minutos inmediatamente antes de la realización de la irrigación. Si cuando se introduce
el líquido a través del canal auricular el animal traga, tiene arcadas o tose, estamos ante un síntoma
de que el tímpano está roto. En casos en los que sea necesaria una sedación profunda o anestesia el animal debe ser intubado para evitar la aspiración de materiales que puedan penetrar en la garganta vía trompa de Eustaquio.

Soluciones de irrigación

Se pueden emplear varias soluciones para realizar la irrigación del conducto auditivo externo. El agua caliente y la solución fisiológica tibia no son irritantes, pero carecen de propiedades antibacterianas y antimicóticas. Las soluciones con clorhexidina tienen actividad antimicrobiana, y aunque no son irritantes para el canal auricular son potencialmente tóxicas si existe ruptura de la membrana timpánica.

Las soluciones de povidona yodada al 5-10 % (diluidas al 1:100) se emplean con frecuencia. También pueden utilizarse soluciones de ácido acético al 2 %. Existen soluciones comerciales de ácido acético con otros ácidos que suelen ser bastante efectivas para irrigar oídos infectados con Pseudomonas spp. o Malassezia spp., aunque en algunos pacientes pueden resultar irritantes.

Limpieza en pacientes con otitis y cuidados rutinarios

Resulta de interés saber la frecuencia y el modo de realizar la limpieza de oídos. La frecuencia depende de varios factores (presencia o no de otitis, animales sanos con y sin predisposición a padecer otitis, etc.), por lo que las pautas deben ser individualizadas. Por ejemplo, un paciente con otitis que recibe un tratamiento tópico para su control necesitará limpiarse previamente al tratamiento, con la finalidad de eliminar los
exudados y detritos para que así sea más efectiva la actividad de los principios activos del producto tópico empleado.

Una vez resuelta la otitis, la limpieza dependerá de la tendencia a acumular exudados y de la estrechez del conducto auditivo. En estos casos, la limpieza con productos específicos o desinfectantes puede variar desde varias veces a la semana o al mes con la finalidad de extraer ese material que de permanecer en el oído podría favorecer que la otitis se perpetúe.

La limpieza de los oídos del perro o gato es un hábito de aseo importante para asegurar la salud de las mascotas. Quizá la mayor dificultad sea la manipulación de algunos pacientes, bien porque presenten dolor o bien porque sean más sensibles. En este tipo de pacientes hay que intentar familiarizarlos y no solo manipular sus oídos cuando tengan dolor, sino cuando estén exentos de este, y al administrar algún producto en el interior del canal auditivo conviene evitar que nos vean, para aprovechar su falta de estado de alerta. Durante los baños debe evitarse la entrada de jabón, agua, champú o soluciones antiparasitarias
externas. Todas pueden predisponer a la aparición o recaída de una otitis. Podemos colocar un tapón de algodón impregnado con vaselina líquida para obturar temporalmente el conducto.


Extraído de Dra. Otilia Ferrer Quintana, Cómo reconocer las otitis externas, recogida de muestras y cuidados básicos. Ateuves 76, págs. 18-23.

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