Los perros de todas las razas y edades pueden tener algún tipo de arritmia. Algunas son más específicas de ciertas razas. La causa y el tratamiento varían ampliamente dependiendo del diagnóstico.
Para que se produzca el latido cardiaco, el corazón recibe un impulso eléctrico que recorre unos puntos concretos del órgano, siempre en el mismo orden y con cierto tiempo de diferencia entre unos y otros en condiciones normales. La arritmia se produce cuando una patología cardiaca o sistémica (generalizada) origina una variación en la transmisión de este impulso, dando lugar a una frecuencia anormal.
La arritmia es relativamente común en los perros y no siempre es motivo de preocupación. Un ocasional latido irregular del corazón puede no causar ningún otro problema de salud. Sin embargo, debido a que un latido irregular puede ser un síntoma temprano de una condición subyacente más grave, se recomienda al propietario que lleve al animal a la clínica para que lo examine el veterinario. Algunas razas parecen estar predispuestas a padecer arritmia sinusal, especialmente las razas braquicefálicas como Bulldog, Lhasa apso, Pekinés, Shar-pei, Shih tzu y Boxer.
Tipos de arritmia
Taquiarritmias: el ritmo cardíaco se ve aumentado con respecto a las condiciones normales. Pueden deberse a alteraciones del músculo o de las válvulas cardiacas, defectos congénitos (de nacimiento) del corazón, tumores o traumatismos del órgano, entre otros.
Bradiarritmias: en este caso existe una disminución en la capacidad de generación o conducción de los impulsos eléctricos. Suelen deberse a problemas ajenos al corazón que repercuten en el órgano, como algunas alteraciones respiratorias, nerviosas o gastrointestinales. Su tratamiento consiste en solucionar la patología que las origina.
¿Cómo se diagnostica?
Para diagnosticar una arritmia se pueden utilizar diversos métodos:
- Examen clínico: la auscultación del latido con fonendoscopio suele ser insuficiente para determinar el tipo de alteración que causa la arritmia.
- Electrocardiograma (ECG): el registro de la actividad eléctrica de los latidos del corazón permite comprobar si existen variaciones en la frecuencia o el ritmo cardiaco.
- Ecocardiograma: la ecografía del corazón permite comprobar si existen lesiones estructurales y el tamaño de las mismas, cómo están las paredes musculares y las válvulas cardiacas, etc.
- Radiografía de tórax: tiene la misma función que la ecografía, pero suele ser menos reveladora. Es muy útil para valorar el tamaño total del corazón y su situación en el tórax.
Marcapasos
En los casos en que el animal presenta un ritmo anormalmente lento (bradiarritmia) puede llegar a producirse una interrupción del riego sanguíneo del cerebro, lo que daría lugar a un síncope o desmayo. Para evitar ésta y otras consecuencias indeseables de las arritmias, se puede implantar un marcapasos artificial, igual que en el caso de los humanos. El alto coste de estos productos hace que no se usen nuevos, sino reciclados tras haber sido utilizados en personas. A veces se recurre a los que han sido descartados para su uso en humanos por presentar pequeños defectos que no suponen un problema para las mascotas. La vida útil de estos aparatos es de unos 15 años, por lo que no suele ser necesario más de uno durante la vida del animal.
En perros sí, en gatos no
En los perros es normal que durante la inspiración (proceso de captación de aire) aumente ligeramente la frecuencia cardiaca y que ésta vuelva a disminuir hasta sus parámetros normales o incluso por debajo de ellos durante la espiración (expulsión del aire inspirado). Pero esta variación no se produce en condiciones normales en los gatos y cuando aparece suele ser indicativa de que el animal presenta alguna alteración respiratoria o gastrointestinal. También puede deberse al efecto de algunos fármacos.
