Definimos otitis externa como un proceso inflamatorio, ya sea agudo o crónico, que afecta al conducto auditivo externo (CAE) y a la membrana timpánica. Los signos clínicos incluyen la sacudida de la cabeza, el rascado de uno o ambos pabellones auriculares, inflamación del CAE y/o pabellón auricular, presencia de secreción auricular, mal olor, prurito, dolor y, en casos más graves, apatía, anorexia e incluso fiebre.
Se trata de una enfermedad muy frecuente, más en perros (10-20 % incidencia) que en gatos (2-10 % incidencia). Es importante destacar que existen numerosos factores que influyen en el desarrollo de esta enfermedad, que pueden provocarla de manera directa (factores primarios), que hacen que sea más fácil su desarrollo (factores predisponentes), que aparecen como consecuencia de la otitis (factores secundarios) o que favorecen su cronicidad (factores perpetuantes). Es esencial identificar la presencia de dichos factores para poder llevar a cabo un tratamiento y una prevención efectivos. A continuación, se describen en detalle dichos factores.
Factores predisponentes
Como hemos mencionado, los factores predisponentes son aquellos que, aunque no son causa directa de otitis, favorecen su aparición. La conformación del pabellón auricular es uno de estos factores. Las orejas caídas o con numerosos pliegues dificultan la ventilación del CAE, aumentando factores como humedad y temperatura que, a su vez, favorecen el sobrecrecimiento de los microorganismos que conforman el microbioma. Asimismo, la presencia de humedad excesiva en el CAE puede provocar un desequilibrio en su ambiente, causando alteraciones en el microbioma que den lugar a sobrecrecimientos bacterianos y /o fúngicos. Es habitual en animales que se mojan de manera frecuente o tras un baño en el que no se secan adecuadamente los conductos auditivos o pabellones auriculares. Las limpiezas auriculares excesivas o con productos que no sean adecuados pueden dar lugar a una alteración del ambiente del CAE, favoreciendo la aparición de otitis. Por otro lado, existen razas como el Cocker Spaniel que presentan una sobreproducción de cerumen en el CAE, que facilita el sobrecrecimiento de los microorganismos que forman parte del microbioma, desencadenando una otitis. En ocasiones, el uso de algunas gotas óticas puede provocar irritaciones que faciliten a su vez la aparición de un proceso inflamatorio en el conducto auditivo.
Factores primarios
Por otro lado, los factores primarios son aquellos que son causantes directos de un proceso de otitis externa. Por tanto, es necesario resolver o controlar estos factores para la resolución de la otitis. La dermatitis atópica es la causa más frecuente de otitis externa. Otras causas directas pueden ser ectoparásitos (Otodectes cynotis, Notoedres cati), presencia de cuerpo extraño, pólipos (frecuentes en gatos), tumores del CAE, alteraciones de la queratinización primarias o secundarias a endocrinopatías, piodermas y enfermedades autoinmunitarias como el pénfigo o lupus.
Factores secundarios
Los factores secundarios son aquellos que aparecen como consecuencia del proceso de otitis. Entre ellos destacan los sobrecrecimientos o infecciones por Staphylococcus spp. y por Malassezia pachydematis. Ambos microorganismos forman parte del microbioma del CAE.
Factores perpetuantes
Finalmente, los factores perpetuantes, como su nombre indica, son aquellos que hacen perdurar el proceso de otitis. Normalmente están asociados a modificaciones anatómicas del CAE que dificultan la resolución de la otitis y favorecen su cronicidad. La hiperplasia epidermal y/o de glándulas ceruminosas son los más frecuentes, así como la ulceración. Cabe resaltar que la otitis media es la causa más frecuente de otitis crónica y que suele infradiagnosticarse en multitud de ocasiones.
Extraído de María Pérez-Aranda Redondo. Otitis externa: factores que influyen en su desarrollo y cómo prevenirla. Ateuves 92, págs. 8-12.
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