Silvia García, del Hospital Veterinari Montjuïc de Barcelona, recalca la actual importancia del ATV y su formación en los centros veterinarios.
Silvia García
Hospital Veterinari Montjuïc
Es un hecho que, actualmente, el concepto de mascota o animal de compañía ha cambiado, ha evolucionado y ahora es un miembro más de nuestra familia. Esta nueva estimación implica un nivel de exigencia mayor en sus cuidados y bienestar. Por ello, la calidad en el servicio veterinario debe estar acorde a esta nueva situación.
Estos factores, entre otros, hacen que la figura del auxiliar técnico veterinario adquiera una nueva relevancia. En muchas ocasiones, son los primeros en tener contacto con los propietarios y sus mascotas y determinar el nivel de gravedad o urgencia en una situación de rápida respuesta, y es muy importante su capacidad a la hora de tomar decisiones.
Una buena calidad en la formación del ATV es imprescindible, puesto que es el encargado de realizar muchas tareas de importancia y, así, deja tiempo al veterinario para que lo dedique a otras funciones más enfocadas al estudio y diagnóstico del animal.
Cuando empecé a trabajar como ATV, comprendí que para realizar bien mi trabajo, la formación continua es indispensable, hay que avanzar y adaptarse a las circunstancias actuales.
Personalmente, me costó mucho tomar la decisión de realizar el curso, ya que al no estar homologado no sabía dónde debía cursarlo, cuál sería la mejor opción, si saldría bien preparada y qué futuro me esperaba después. Ahora puedo decir que fue una buena decisión: es una profesión vocacional y ésta era la mía. Cuando empecé a trabajar como ATV comprendí que para realizar bien mi trabajo la formación continua es indispensable: hay que avanzar y adaptarse a las circunstancias actuales.
La medicina veterinaria, gracias a las nuevas tecnologías, avanza a un ritmo muy acelerado, y ahora hay más medios para llegar a un diagnóstico que antes era imposible. Las enfermedades y patologías también han sufrido cambios, los tratamientos van evolucionando y por todo ello el auxiliar debe estar preparado para realizar correctamente su trabajo.
Mi conclusión es que la formación está muy ligada a la motivación, y ésta llegará cuando se reconozca socialmente la figura del auxiliar técnico veterinario, sus funciones y su importancia para el desarrollo y buen funcionamiento de hospitales y clínicas veterinarias.
Artículo publicado originalmente en Ateuves nº 55, marzo-abril 2015.