Manejo del erizo pigmeo africano

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Se presenta un erizo en la clínica. ¿Te atreves a cogerlo? ¿Sabes cómo hacerlo? En este resumen te explicamos cómo debe ser el manejo de estos pequeños mamíferos en la clínica.

La característica más interesante del sistema músculo-esquelético de los erizos la constitu­yen los músculos que controlan el movimiento de las púas y que permiten que se enrolle como una bola. Este complejo muscular consiste en los músculos frontodorsalis y caudodorsalis, que hacen descender las púas sobre la cabeza y la grupa; el músculo panniculus carnosus que permite al erizo enrollarse; y el músculo orbi­cularis que tira del manto de púas y las junta como si de un cordón se tratara.

En esta posición de bola, sólo queda visible una zona de 1 centímetro de diámetro no cubierta de espinas, en su parte ventral.

Incluso el animal más dócil se enrollará tan pronto intentemos manipularlo. Con paciencia, una habitación tranquila poco iluminada y al­gunas técnicas de manejo podremos realizar al menos una inspección visual del animal.

Hay varias técnicas para conseguir desenrollar a un erizo y para todas ellas es aconsejable utili­zar guantes que no deben ser tan gruesos como los que utilizamos para el manejo de gatos agre­sivos. Un par de guantes de jardinería pueden ser muy útiles; también podemos usar un doble guante de látex. Vamos a ver estas técnicas a continuación:

  1. Hay que agarrar su manto longitudinalmente y presionarlo con suavidad para que el erizo se abra.
  2. Se debe empujar al erizo hacia el extremo de una mesa (con la precaución de que haya alguien preparado con una toalla por si accidentalmente el animal cayera). De este modo, el animal se desenrollará para evitar la caída, momento que aprovecharemos para agarrarlo por sus extre­midades posteriores, con la cabeza hacia abajo. Generalmente esto funciona una o dos veces an­tes de que el animal aprenda el truco.
  3. Se puede poner al erizo en un cubo con unos 2 cm de agua y cogerlo de sus extremidades pos­teriores cuando se abra (por supuesto no hay que realizar esta técnica si el animal está clara­mente enfermo).
  4. También se puede poner al erizo sobre su dor­so y retirarse. El animal se desenrollará y apro­vecharemos ese momento para sujetarlo por el cuello como hacemos con otras especies.
  5. Cuando el animal se despliega, si ponemos una mano debajo de su mandíbula, su cabeza se mantendrá levantada, lo cual permitirá, por ejemplo, administrar medicación oral.
Extraído de: Manuel Aranda Luque, Manejo del erizo pigmeo africano, Ateuves 30, pp. 22-25.

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