Patologías del sistema renal del conejo

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El conejo doméstico (Oryctolagus cuniculi) es una mascota en alza. Cada vez es más habitual como paciente en la clínica, por ello se debe tener un conocimiento general de la especie, de su anatomía, fisiología, hábitos alimenticios y comportamentales y de sus requerimientos ambientales.

Las patologías del tracto urinario en estos animales son frecuentes en la práctica clínica. En este artículo se realiza un repaso de la anatomía y fisiología del sistema urinario de esta especie, así como un resumen de las alteraciones renales más frecuentes.

Anatomía y fisiología

El tracto urinario de los conejos está compuesto por dos riñones, dos uréteres, una vejiga de la orina y una uretra (figura 1). En esta especie, el riñón derecho se localiza por delante (craneal) del riñón izquierdo. El polo craneal del riñón derecho está situado a la altura de la vértebra torácica 14 (T14) y el polo craneal del riñón izquierdo aproximadamente a la altura de la primera vértebra lumbar (L1). En algunos individuos existe gran cantidad de grasa que rodea al riñón y lo desplaza ventralmente.

 

Figura 1. Tracto urinario.

Figura 1. Tracto urinario.

El riñón de los conejos es unipapilado. Los riñones se dividen en zona cortical, donde se encuentran las nefronas, y medular, donde se localizan los conductos colectores. Las nefronas de los mamíferos siguen el patrón básico y están compuestas por el glomérulo, tubo contorneado proximal, asa de Henle y tubo contorneado distal que desemboca en el conducto colector.

De cada riñón sale un uréter que alcanza dorsalmente la vejiga de la orina. La vejiga se localiza en el abdomen ventrocaudal y desemboca en la uretra.

A continuación se resaltan, por su importancia clínica, algunas particularidades de la funcionalidad renal de estos animales.

  • En los conejos, los riñones tienen un papel fundamental en el metabolismo del calcio. A diferencia de otros mamíferos, los individuos adultos de esta especie son capaces de absorber este ión en el intestino independientemente del metabolito activo de la vitamina D3 (calcitriol), siempre que la dieta proporcionada no sea deficitaria en calcio. El riñón de estos animales es capaz de excretar o conservar calcio según las necesidades metabólicas; su excreción es proporcional a la cantidad ingerida en la dieta.
  • La orina del conejo tiene un aspecto turbio, debido a que su pH alcalino produce la precipitación del calcio, que forma carbonato cálcico. Algunos individuos en crecimiento, hembras preñadas o lactantes y animales anoréxicos o con dietas deficientes en calcio pueden excretar orina clara.
  • Es importante tener en cuenta que los conejos pueden eliminar en la orina pigmentos vegetales que la tiñen de rojo. Para no confundirlo con hematuria se deben realizar pruebas complementarias como tiras de orina para detectar la presencia de sangre o utilizar la lámpara de Wood para detectar la presencia de pigmentos (tienen fluorescencia).

¿Cuáles son las patologías más comunes del sistema renal del conejo?

En la aparición de patologías en el tracto urinario de esta especie influyen diversos factores como raza, edad, sexo, dieta, alojamiento y estrés. Estas alteraciones pueden tener un origen infeccioso, metabólico, tóxico o neoplásico. Vamos a ver a continuación las enfermedades que afectan al riñón.

Encefalitozoonosis

Se trata de una patología producida por un parásito intracelular obligado denominado Encephalitozoon cuniculi. Se considera zoonosis, y afecta principalmente a individuos inmunocomprometidos. En Medicina Humana se asocia a diarrea, enfermedad renal y queratoconjuntivitis.

La vía de transmisión de este agente es oral, por ingestión de alimento contaminado con orina infectada. También se ha descrito la vía inhalatoria. E. cuniculi tiene preferencia por órganos con un elevado riego sanguíneo, por lo que se ven afectados en primer lugar pulmones, hígado y riñones; posteriormente infectará el tejido nervioso.

Signos clínicos. Varían en función del órgano afectado. Se puede manifestar con alteraciones neurológicas agudas. Es frecuente que los animales infestados presenten tortícolis (figura 2) (en este tipo de cuadro clínico siempre debemos incluir el E. cuniculi en el diagnóstico diferencial) o puede cursar como una infección subclínica sin mostrar ningún cuadro clínico.

Figura 2. Tortícolis.

Figura 2. Tortícolis.

Si el animal presenta una infección clínica renal normalmente aparece polidipsia, poliuria, pérdida de peso e incontinencia urinaria. Con una sintomatología grave existen evidencias bioquímicas de fallo renal (azotemia: aumento de urea y creatinina).

Diagnóstico. El diagnóstico definitivo de E. cuniculi como agente causal del proceso es complejo. En el animal vivo, la sintomatología clínica es, en la mayoría de los casos, inespecífica. Por otro lado, la presencia de anticuerpos sanguíneos frente a este agente sólo indica que el animal ha estado expuesto al parásito pero no significa que sea la causa de la enfermedad. Es posible encontrar al agente en la orina, pero en la práctica es difícil puesto que su excreción no es continua. Se debe realizar una analítica sanguínea para evaluar la funcionalidad renal. Post mortem se detectan, mediante anatomía patológica, las lesiones características; no siempre se halla en los tejidos la presencia del parásito.

Tratamiento. Varía en función del cuadro clínico. En general, se utilizan varios derivados benzimidazoles, antiparasitarios con acción frente a este agente. Estos pacientes presentan con frecuencia un fallo renal crónico, aparece azotemia acompañada por pérdida progresiva de la condición corporal, polidipsia/poliuria y anemia. En estos casos, se procederá a estabilizar la funcionalidad renal mediante fluidoterapia y a proporcionar los requerimientos nutricionales necesarios.

Hipervitaminosis D

Los conejos son sensibles a la intoxicación por vitamina D. La consecuencia de esta hipervitaminosis es la mineralización de los tejidos blandos que, en casos avanzados, es evidente en radiografía, especialmente en aorta y riñones.

Hidronefrosis

Se define como la dilatación de la pelvis y cálices renales. Su origen es diverso (congénito, obstructivo, nefrolitiasis) y el diagnóstico se realiza por palpación abdominal y se confirma por radiografía o ecografía. Si la funcionalidad del riñón contralateral es correcta, es posible realizar una nefrectomía unilateral.

Quistes renales

Su origen suele ser hereditario. Normalmente su hallazgo es accidental durante el transcurso de una ecografía o necropsia, en la mayoría de los casos son asintomáticos.

Pielonefritis

Es difícil diferenciar una pielonefritis de una cistitis o enfermedad del tracto urinario inferior. En el caso de la pielonefritis suele aparecer fiebre, letargia, anorexia y la palpación abdominal es dolorosa. También existe un incremento de tamaño del riñón y, en ecografía, la pelvis renal es hiperecoica. En la analítica sanguínea es frecuente encontrar leucocitosis con desviación a la izquierda o neutrofilia y el urianálisis evidencia un elevado número de células inflamatorias, bacterias y hematíes.

El tratamiento se basa en fluidoterapia y diuresis, soporte nutricional y antibioterapia.

Neoplasia

Existen diversos procesos tumorales que pueden involucrar al riñón, el más frecuente es el linfosarcoma renal que se presenta con mayor incidencia en animales menores de ocho meses de edad.

Extraído de: María Bedia Rodríguez, Alteraciones del tracto urinario en el conejo, Ateuves 22, págs., 18-24.

 

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