Cómo obtener un buen electrocardiograma en el gato

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Debido a la naturaleza nerviosa de los gatos, en ocasiones su manipulación puede resultar complicada. Pero con unas sencillas claves todo puede resultar más sencillo.

Cuando hablamos de electrocardiografía nos estamos refiriendo a un método complementario de diagnóstico, por lo tanto, la utilidad de esta prueba a la hora de resolver un caso clínico va a depender en primera instancia de cómo obtengamos el trazado electrocardiográfico para su correcta interpretación posterior.

Colocación de los electrodos

Una mala colocación de los electrodos puede provocar errores significativos en la interpretación del ECG, debido a la presencia de complejos invertidos o a un eje eléctrico medio en posición anómala.
Los colores de los cables siguen un código internacional (rojo: extremidad anterior derecha; amarillo: extremidad anterior izquierda; negro: extremidad posterior derecha; verde: extremidad posterior izquierda).
Para establecer y mantener un buen contacto entre los electrodos y el animal se utilizan unas pinzas de distintos tipos: pinzas de cocodrilo, electrodos pediátricos o electrodos adhesivos.

Pinzas de cocodrilo

Para gatos se utilizan preferentemente pinzas de cocodrilo metálicas que aseguran una buena fijación al cuerpo, aunque en ocasiones pueden resultar algo molestas para la piel. Una solución es limar parcialmente los dientes de la pinza, obteniendo así unas pinzas menos lesivas, aunque también puede reducir la capacidad de fijación.
Para garantizar un buen contacto, aparte de aplicar las pinzas sobre la piel directamente, hemos de separar el pelo del animal. En las razas felinas de pelo largo, se puede rasurar ligeramente la extremidad para facilitar la colocación del electrodo.
Para reducir la presión que realizan las pinzas de cocodrilo sobre la piel, y facilitar la conducción, se aplicará un gel (de ECG o de ecografía), alcohol en espuma, spray de etanol o solución salina saturada, entre ambas superficies (técnica del gel). El principal inconveniente del spray es que se evapora al cabo de 5-10 minutos, por lo que no está indicado para ECG de larga duración. El alcohol en espuma es la solución más eficaz, ya que es sencillo de manejar y de eliminar al terminar la exploración.
Otra técnica de uso en gatos es la de las almohadillas, que consiste en usar electrodos con gel y autoadhesivos, conectados a las almohadillas del gato. La lengüeta de este adhesivo desechable se conecta con una pinza de cocodrilo. No obstante, la inestabilidad de estos electrodos puede ocasionar artefactos, por lo que es necesario reforzar los electrodos con un vendaje o con cinta adhesiva para obtener una mayor fijación.
En función de la edad del animal, del tamaño y de la sensibilidad cutánea que presente, nos decantaremos por un tipo de método u otro. En gatos pequeños pueden utilizarse pinzas pediátricas, que agarran bien y no dañan la fina piel de las crías.

Otras consideraciones

A la hora de colocar los electrodos hay que tener en cuenta otra serie de puntos importantes:

  • Aplicaremos abundante gel donde coloquemos los electrodos, una vez separados los pelos; a continuación colocaremos la pinza. También se puede colocar en primer lugar la pinza y a continuación aplicar el gel, recubriendo la pinza y la piel adyacente.
  • Los electrodos se colocarán en un pliegue cutáneo, tomando un pequeño pellizco que no resulte molesto y que no incluya pelos. Deben evitarse heridas, cicatrices o lesiones cutáneas.
  • Antes de iniciar el registro se ha de comprobar que los electrodos están colocados de forma correcta. Un mal contacto se traduce en cambios en el voltaje o que la polaridad de las diferentes ondas en las distintas derivaciones no responda a los patrones habituales.
  • En el momento de colocar los electrodos buscaremos la postura en la que el gato se sienta cómodo. Una de estas posturas consiste en colocar al animal sobre las extremidades posteriores, sujetando con una mano la piel de la región cervical y con la otra rodeando su tórax. De esta manera el paciente queda inmovilizado y nosotros tenemos libertad para aplicar los electrodos.

Extraído de: F.J. Sánchez Daviña, J. Hernández, J.L. Benedito y C. Castillo. Manejo correcto del gato para obtener un buen electrocardiograma. Ateuves 46, pp. 28-33

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