Una mirada más cercana a la lengua de los gatos ayuda a explicar por qué el aseo o grooming de los animales es tan efectivo.
Los gatos domésticos, que duermen un promedio de 14 horas al día, pasan hasta una cuarta parte del tiempo que están despiertos arreglando su pelaje. Sin el aseo personal, el pelo puede enredarse, tirar dolorosamente de su piel e incluso causar infecciones.
Los gatos acicalan su pelaje con la ayuda de cientos de espinas afiladas y huecas llamadas papilas, que tapizan sus lenguas y miran hacia atrás. Están formadas por queratina, la misma sustancia de la que están hechos el cabello y las garras. Para averiguar qué papel desempeñan estas espinas, los ingenieros mecánicos Alexis Noel y David Hu del Instituto de Tecnología de Georgia en Atlanta (EE. UU.) realizaron tomografías computarizadas microscópicas de las lenguas de seis especies de felinos: el gato doméstico, el lince, el puma, el leopardo de las nieves, el tigre y el león.
Los científicos descubrieron que las papilas de los felinos tienen forma de cuchara, lo que les ayuda a absorber rápidamente la saliva a través de la acción capilar, el mismo efecto que sirve a los árboles para absorber agua. Los vídeos de alta velocidad de gatos que se asean revelaron que los felinos pueden descargar fácilmente esta saliva en el pelaje a través de los lametazos, de modo que cada lamido deposita casi la mitad de la saliva de la lengua sobre el pelaje.
Las papilas pueden alcanzar la parte más profunda del pelaje hasta llegar a la piel. Ya que los gatos no pueden enfriarse mucho con la sudoración —porque solo poseen glándulas sudoríparas en sus patas—, la saliva relacionada con el aseo puede ser la responsable de casi una cuarta parte del efecto de enfriamiento que los gatos necesitan para mantener una temperatura corporal estable, indicaron los investigadores.
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