El cáncer en mascotas (y II). Tratamiento

Una vez que tenemos el diagnóstico y conocemos la extensión de la enfermedad es cuando estudiaremos las opciones de tratamiento.

El uso de la cirugía, quimioterapia o radioterapia, de forma individual o combinada, estará indicado en diferentes tipos de neoplasias.

Cirugía

La cirugía es el tratamiento más usado y el que más probabilidades de curar tiene en determinados tipos de cáncer. Un diagnóstico precoz, antes de que la enfermedad haya producido metástasis, nos da la opción de conseguir la curación con una buena cirugía. Si las posibilidades de lograrla con la cirugía son altas (tumores agresivos a nivel local pero que no tienen tendencia a metastatizar) podemos realizar cirugías agresivas con la intención de extirpar todo el tejido tumoral. Entre estas cirugías están las que afectan a la cavidad oral (mandibulectomías, maxilectomías) o las amputaciones. Este tipo de cirugías agresivas necesitan después un alto nivel de cuidados por parte del personal auxiliar para evitar infecciones de las heridas o ayudar al animal a comer, en algunos casos mediante la ayuda de tubos de esofagostomía.

Sin embargo, la curación no es la única indicación de cirugía en pacientes oncológicos. Si el tumor está produciendo dolor o deterioro de la calidad de vida del paciente, la cirugía puede ser muy efectiva en controlar estos síntomas. Hablamos entonces de cirugía paliativa, que en algunos casos no conseguirá alargar de forma importante la vida del animal, pero sí mejorará su calidad. Algunos ejemplos de tumores en los que este tipo de cirugía puede ayudar al animal son los de mama que se presentan ulcerados o infectados, los pulmonares que comprometen la respiración o los tumores que producen dolor o riesgo de hemorragia, como los de hueso o el hemangiosarcoma, respectivamente.

Quimioterapia

Cuando la enfermedad tiene alta tendencia a metastatizar, como el osteosarcoma (tumor de hueso) y los tumores malignos de mama o en el caso de enfermedades sistémicas, como los linfomas, usamos la quimioterapia como parte del tratamiento de estos animales. El uso de la quimioterapia tras la cirugía triplica el tiempo de vida en los casos de osteosarcoma si lo comparamos con los que son tratados sólo con cirugía. En los linfomas caninos, la supervivencia del animal, si no recibe tratamiento, no pasa de unas pocas semanas desde el diagnóstico mientras que, en los casos tratados con quimioterapia, la supervivencia media es de un año, año y medio, aunque algunos animales viven más de dos o tres años desde el diagnóstico. Así pues, hay diferentes neoplasias en las que el uso de la quimioterapia puede aumentar de forma importante la esperanza y la calidad de vida de estos pacientes.

Cuando hablamos de quimioterapia, la principal preocupación de los propietarios es que los efectos secundarios afecten a la calidad de vida del animal. La quimioterapia ejerce su función sobre las células en división, ya sean tumorales o no. En el organismo hay dos tipos celulares con una alta tasa de células en división en condiciones normales: las células de la mucosa gastrointestinal y las de la médula ósea. Si la quimioterapia afecta a estas poblaciones, el animal puede tener signos que van desde un menor apetito hasta los vómitos o diarreas, en el caso del tracto gastrointestinal. Cuando la médula ósea se ve afectada, la producción de nuevas células sanguíneas disminuye y podemos observar una caída en el número de leucocitos principalmente y de plaquetas en menor medida. El número de glóbulos rojos no suele verse afectado por la quimioterapia. Si disminuye el número de glóbulos blancos, el animal tiene mayor riesgo de contraer infecciones.

10 medidas a seguir en el tratamiento con quimioterapia de perros y gatos

1Lavarse siempre las manos antes de tratar al paciente.

2Tomar la temperatura rectal.

3Si hay que cortar el pelo, usar peladora y no cuchillas.

4Limpiar con jabón la zona donde se vaya a realizar la venopunción.

5Desinfectar con alcohol antes de pinchar o poner el catéter.

6Si hay que poner un catéter, usar el más largo posible.

7El catéter tiene que entrar a la primera.

8Si hay dudas sobre si está o no en la vena, cambiar a otra vena.

9Fijar el catéter adecuadamente para evitar su movimiento.

10Comprobar constantemente, aspirando algo de sangre, que está en vena.

Además de estos efectos secundarios generales (gastrointestinales y en médula ósea), los diferentes fármacos pueden tener efectos secundarios específicos. Algunos ejemplos son la irritación tisular que se produce en caso de extravasación (vincristina, vinblastina o doxorrubicina), el desarrollo de cistitis hemorrágica (ciclofosfamida) o las reacciones alérgicas (L-asparaginasa o doxorrubicina). Es importante conocer los posibles efectos de cada uno para poder reconocerlos de forma rápida si se producen y tomar las medidas necesarias.

Los diferentes tipos de tumores se tratan con distintos protocolos de quimioterapia, es decir, combinaciones de varios fármacos que se administran a lo largo de varias sesiones. Es importante estar familiarizado con los protocolos que usemos de forma que no haya confusiones durante su administración. La mayoría de los fármacos que utilizamos se administran por vía intravenosa, y es importante cumplir ciertas medidas para evitar complicaciones durante el tratamiento. Si usamos catéter intravenoso, antes de administrar la quimioterapia nos aseguraremos de que está en la vena poniendo un bolo de suero salino rápido y comprobando que no hay resistencia o extravasación. Sólo cuando estemos seguros, administraremos la quimioterapia apropiada.

La quimioterapia es tóxica, no sólo para quien la recibe, sino también para quien la manipula, por lo que es importante seguir unas normas básicas de seguridad. No deben manejar este tipo de fármacos las mujeres que estén embarazadas o que sospechen que puedan estarlo.

11 reglas para el manejo de la quimioterapia con seguridad

1Usar siempre guantes, manga larga, gafas y mascarilla.

2Trabajar sobre superficies absorbentes como empapadores.

3Usar una zona alejada de comida o bebida.

4Evitar aumentar la presión en los viales al reconstituir (sacar del vial el mismo volumen de aire que de líquido vayamos a introducir).

5Usar una gasa con alcohol alrededor del vial para evitar aerosoles.

6Si salpica o se derrama, cambiar los empapadores y lavar con agua.

7No partir las pastillas o abrir las cápsulas.

8Usar guantes para administras las pastillas (en la clínica o en casa).

9Usar contenedores adecuados para los residuos (viales, jeringas, agujas…).

10Usar guantes para limpiar orina y heces de los animales tratados (48 horas).

11Lavarse bien las manos después de cada tratamiento.

Si el propietario va a dar comprimidos en casa, debemos recomendar que lo haga usando guantes. Deberá usarlos también para limpiar los restos de orina o heces del animal, ya que muchos de los fármacos usados en los tratamientos de quimioterapia se eliminan por estas vías.

Radioterapia para tratar cáncer en mascotas

En la actualidad, tenemos acceso a técnicas de diagnóstico por imagen como la tomografía (TAC) o la resonancia magnética, que nos permiten diagnosticar neoplasias localizadas en el sistema nervioso central. Estos tumores cerebrales tenían pocas posibilidades de tratamiento hasta hace poco tiempo. Ahora, sin embargo, algunos centros tienen acceso a instalaciones de radioterapia donde podemos tratar diferentes neoplasias.

La radioterapia consiste en irradiar al tumor para dañar sus células y que no sigan dividiéndose. Como en el resto de tratamientos, el objetivo es tratar el tumor sin afectar a los tejidos sanos. Con los nuevos sistemas de radioterapia, podemos centrar en el tumor el tratamiento con muy pocos efectos secundarios en los tejidos de alrededor. Para esto, es necesario inmovilizar a los animales durante el tratamiento.

La complejidad de los tratamientos de radioterapia y la necesidad de instalaciones e instrumentos sofisticados, hacen que sea necesaria la colaboración con centros especializados de hospitales. Nuestro centro ha comenzado en el 2008 un programa para tratar perros y gatos con radioterapia en el que participan de forma multidisciplinar médicos y veterinarios. El acceso a estas técnicas nos permite ahora tener más opciones en el tratamiento de tumores como los cerebrales, tumores de la cavidad oral, cavidad nasal, mastocitomas o sarcomas de tejidos blandos, entre otros.

Conclusiones

En muchos casos, el paciente oncológico será tratado no con una u otra modalidad, sino con tratamientos multimodales, combinando cirugía, quimioterapia y/o radioterapia. Además de estos tratamientos específicos para el tumor, los perros y gatos recibirán los tratamientos de soporte que necesiten. Se deben usar antieméticos si presentan náuseas o vómitos, estimulantes del apetito en casos de anorexia, o analgésicos en caso de dolor.

Es importante el papel del personal auxiliar en la comunicación con los propietarios para evaluar la calidad de vida del animal, controlar la evolución del peso, la actividad o movilidad que tiene. En resumen, los tratamientos de los pacientes oncológicos necesitan de la implicación de veterinarios y auxiliares, además de los propietarios, para poder conseguir el máximo efecto posible.

Extraído de: Pachi Clemente Vicario y Sandrine Könner Pérez, Cómo tratar al paciente con cáncer, Ateuves 14, págs. 26-34.